No les compres/Ahorro
En cuanto al ahorro, es otro tema a abordar de similar entidad al del consumo. Básicamente la economía se mueve porque se ahorra y se consume, y la forma de consumir y de ahorrar insistimos que es la que modela la sociedad. El ahorro tiene dos motivaciones: una es la de previsión de necesidades futuras, la segunda es mucho más oscura cuando no perversa y que se ejemplifica en la frase que hemos oído muchas veces de "quiero que mi dinero trabaje por mí". Es decir, quiero llegar a un punto en la vida en el cual no tenga que trabajar y vivir de los intereses de mis inversiones. Imaginad el gigantesco engranaje que se tiene que mover a nivel productivo para que una persona pueda vivir de los intereses de una inversión. Si hemos hablado de la necesidad de decrecer, está claro que este segundo principio ahorrador entra de lleno en conflicto con una sociedad que se quiera tener por sostenible.
Así las cosas, parece razonable que cada persona decida la cantidad que quiere dedicar a prever estas posibles necesidades futuras y una buena opción es combinarlo con inversiones donde el dinero ahorrado haga algo más que simplemente generar dinero. Al igual que con el consumo, hagámonos estas tres preguntas antes de elegir una cuenta ahorro o fondo de inversión:
- ¿Por qué estoy ahorrando?
- ¿Quiero exclusivamente la mejor retribución económica?
- ¿A quién beneficia que yo ahorre?
Cuando tomamos la decisión de ahorrar, ponemos nuestro dinero a disposición de entidades durante ese lapso de tiempo en el que el dinero no nos hace falta. Como hemos visto en la sección de Banca ética, existen diversas posibilidades para reducir los ahorros invertidos en un fondo de inversiones o en la cuenta de un banco tradicional y movilizarlos invirtiendo en pequeñas empresas cooperativas o de "buena práctica social".